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Foto del escritorMario Pérez Magallón

Apuntes para una defensa de la topología lacaniana

Actualizado: 14 oct

Rechazar la pertenencia de la topología en la clínica analítica supone que ésta ya se ha entendido, y que aquel analítico que la rechaza posee conocimiento suficiente para desacreditarla. Entonces, este analítico emitiría su rechazo no sólo desde la lógica del discurso universitario (yo sé), sino desde el discurso del amo (ya se sabe). Suposiciones un tanto ridículas.

 

Al discutir la pertinencia o la impertinencia de la topología en la clínica analítica nos estamos brincando algunos pasos fundamentales: estudiarla, discutirla, tener pesadillas con ellas, entenderla (o no) y ponerla a prueba en la clínica a partir de hipótesis de trabajo que se pueden aceptar o rechazar. Todo esto, siempre teniendo en cuenta que es una realidad que motiva una práctica, tal y como afirma Lacan. Sólo después de este largo proceso, que puede llevar décadas, podríamos, ahora sí, hablar de su pertinencia o de su impertinencia. Es decir, nos estamos brincando las discusiones previas, ¡las realmente interesantes! Como bien señala, Alfreido Eidelsztein, la topología aún es una materia pendiente entre los psicoanalistas. Sí, incluidos los lacanaianos.

 

Esto no es una exageración. Sin duda hay analistas e investigadores curiosos y defensores del tema que algo comentan en redes y algo llegan a publicar, pero debemos de aceptar que aún estamos en la antesala de la discusión por la formalización (que puede incluir la discusión de la pertenencia de la topología). Es más: aún estamos en la antesala de esa antesala, es decir, discutiendo por la técnica. Y eso está bien, sólo no queramos desacreditar de un plumazo un tema al que no le hemos entrado con el rigor necesario.  

 

Basta con leer rigurosamente cualquier texto de Lacan en el que se ocupe del asunto para regresar a la realidad y, bajo una actitud más humilde, preguntarnos con el tono más sincero si entendemos la dimensión del asunto. Revisando L’Etourdie (1972) en idioma original (por cierto, más difícil de leer que al mismo Artaud en sus momentos más febriles) descubro que hay asuntos que no se pueden dar por entendidos. Nada más lejos es eso. Sí, sí, yo sé que habrá quien me rebata que él en particular los entiende a la perfección. En ese caso, aprovecho para preguntar y abrir la discusión sobre textos en particular, que es lo que realmente me interesa. Dice Lacan:


“Ma topologie n'est pas d'une substance à poser au-delà du réel ce dont une pratique se motive. Elle n'est pas théorie. “Mais elle doit rendre compte de ce que, coupures du discours, il y en a de telles qu'elles modifient la structure qu'il accueille d'origine.”

 

En apenas estas tres líneas me surgen interrogantes no menores:

 

1) ¿Cuándo habla de “sustancia” se está mofando de la distinción entre sustancia de la expresión/sustancia del contenido de acuerdo a los prolegómenos para una teoría del lenguaje de Roman Jakobson? O no, y posiblemente tenga en mente a la sustancia de la expresión para que sea posible la provocación que viene a continuación. Veamos.

 

2) ¿Cuál sería la dificultad o imposibilidad de pensar la topología lacaniana como teoría? ¿Es esto un “mandato” de observarla siempre en función de la práctica, como él mismo señala? ¿No hay acá una contradicción en miras a la formalización? ¿Cuál es realmente la provocación de Lacan al decir “no es una teoría”? ¿Tiene que ver con lo que dije antes respecto a la sustancia de la expresión? ¿O de lo contrario, si hablaramos sustancia del contenido sería posible hablar de la posibilidad de la teorización? ¿Es esto de lo que se cuida Lacan? Entonces sí es una distinción respecto a Jakobson, ¿no?

 

3) ¿Cuál es esa “estructura” que contiene? ¿Es siempre la misma estructura o nos encontraremos con una diferente como cuando uno intenta asimilar (desde la fantasía, claro) una banda de Moebius? ¿Pasamos de ironizar las posibilidades de una teoría del lenguaje a un salto de fe en las matemáticas?

 

4) Asumiendo que podamos convenir de que estructura hablamos, ¿cuáles serían eso “cortes” en el discurso? ¿Estamos hablando de los cortes que tienen lugar en el dispositivo analítico? ¿O es una invitación a pensar en la imposibilidad misma de la estructura antes sugerida? pero Habrá que recordar la advertencia de Lacan: si se volviera a coser en donde se hizo el corte, no obtendríamos nuevamente la banda de Moebius, porque todo era un fingimiento, ¡era un Toro aplanado! He acá el juego entre la espacialidad y la tercera dimensión del Toro y la posibilidad y el alivio para la imaginación que supone la bidimensionalidad de la banda de Moebius.



El Toro según Jacques Lacan
Toro

 

Como se puede advertir, antes de discutir sobre su pertinencia, las discusiones preliminares sobre la topología son numerosas infinitas y, sin duda, complejas. ¿No será que nos estamos queriendo saltar toda la tarea?

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