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Foto del escritorMario Pérez Magallón

Magnus Carlsen, el ajedrez soy yo

Después de horas de batalla en el tablero, Ian Nepomniachtchi cometió un error: 31. ...Ab2? A pesar de la presión del tiempo, Magnus Carlsen mantuvo la calma y siguió buscando la mejor jugada. El momento de mayor tensión llegó con 38. ...e4 de Nepomniachtchi, movimiento que ayudó a Carlsen a mejorar la posición de las piezas blancas que conducía. Aunque el noruego no encontró el golpe decisivo, logró sobrevivir a la presión, manteniendo la partida igualada.


Lo que sucedió al final de esta partida, aquella noche de diciembre de 2021, en Dubái, fue uno de los momentos más épicos de los que se tenga registro en la historia del ajedrez. La partida se alargó por 7 horas y 45 minutos, con un total de 136 movimientos, convirtiéndose en el duelo más largo de los Campeonatos del Mundo de Ajedrez. Este encuentro, el sexto de once disputados en total, terminó con victoria para Carlsen. Al final del campeonato, Nepomniachtchi obtuvo 3.5 puntos y Carlsen 7.5, lo que le aseguró la corona como campeón del mundo por quinta vez en su carrera.

Poco después de este momento cumbre, tendría lugar uno de los capítulos más controvertidos en la historia de los campeonatos del mundo: poco antes de disputarse el Torneo de Candidatos de la FIDE en el verano de 2022, de donde saldría el próximo retador de Carlsen, el noruego anunció que se sentía desmotivado para defender su título y que solo lo haría si su rival resultara ser el joven prodigio Alireza Firouzja. Sin embargo, el retador resultante fue el chino Ding Liren y Carlsen cumplió su promesa de renunciar a la corona. El Campeonato del Mundo se disputó en Kazajstán en la primera primavera del año siguiente. Tras vencer a Nepomniachtchi por desempate después de 7 encuentros igualados, el chino Ding Liren se coronó como nuevo campeón del mundo.


Aunque Magnus Carlsen renunció a su corona, actualmente sigue en activo en las competencias de élite, haciendo magia en el tablero y demostrando ser el mejor de todos los tiempos. Incluso, al día de hoy, mantiene el número 1 en el ranking de la FIDE, mientras que Liren prefiere mantenerse lejos de los reflectores y de muchos torneos. 


Un estilo único 

Para cualquier entusiasta del ajedrez, es imposible no sentir una profunda admiración por la forma en que Carlsen entiende el juego. Su estilo es hipnótico. En su vasto repertorio de partidas hay verdaderas obras de arte en las que combina la estrategia más refinada con una originalidad sorprendente. Magnus no sólo juega al ajedrez con gran precisión, él es el ajedrez, como tuiteó alguna vez.


Algo que diferencia a Carlsen de otros grandes maestros, del presente y del pasado, es su versatilidad. Lo mismo puede conducir las piezas con elegancia en las aperturas más clásicas como la española, la catalana o el ataque Torre (algunas de sus favoritas), como llegar a las posiciones más complejas en el Ajedrez 960 (herencia de Bobby Fischer). Entre las críticas más agudas que se le han hecho al noruego, se encuentra el no haber implementado una apertura o una defensa que lleve su nombre para la posteridad de este deporte. Esto sería un lindo gesto para revivir su nombre en cada partida disputada con dicha apertura o defensa, por supuesto, pero es justo mencionar que su legado va mucho más allá de esto. 


Gran parte de la genialidad de Carlsen reside en su habilidad para unir el juego posicional más prístino con la creatividad. El Gran Maestro noruego puede calcular variantes con una precisión asombrosa, pero también toma riesgos cuando es necesario. Algo que realmente lo destaca es su capacidad para encontrar soluciones únicas en situaciones aparentemente perdidas. Magnus evalúa cuidadosamente cada posición buscando el camino más efectivo hacia la victoria. Sin duda, nadie entiende tan bien los finales como él. Esta creatividad inagotable lo convierte en un artista del tablero, como lo fueron en su momento Raúl Capablanca, Gary Kaspárov y el mismo Fischer.


Esto explica mucho de su aburrimiento al enfrentarse con la élite actual que, la mayoría de las veces, se muestra conservadora en sus planteamientos tácticos, con honrosas excepciones como Firouzja, quien derrocha creatividad estilística y complejidad táctica. A un aburrimiento similar se enfrentó Bobby Fischer cuando propuso el ajedrez 960. Con la capacidad de los Grandes Maestros para memorizar aperturas y defensas, señaló Fischer, quedaba muy poco espacio para la creatividad y mucho para las partidas terminadas en tablas.


El impacto de Carlsen en el mundo del ajedrez se extiende mucho más allá de sus partidas en el tablero. Ha sido una pieza clave para el resurgimiento del interés global en este deporte, especialmente en el ajedrez en línea. Su personalidad cercana a lo excéntrico y su presencia constante en los medios de comunicación han ayudado a popularizar el juego, atrayendo a nuevas generaciones de jugadores y seguidores. 


Magnus Carlsen es un genio que ha dejado una huella indeleble en este deporte. Su reinado como Campeón Mundial de Ajedrez a lo largo de una década fue una demostración de dominio y resistencia. Su habilidad en el ajedrez clásico no solo ha marcado la era moderna de este deporte, también ha elevado el estándar del juego a niveles nunca antes vistos. Su influencia en el ajedrez clásico es innegable y su legado será recordado durante décadas y posiblemente por siglos, si la memoria humana y sus dispositivos lo permiten. El legado de Magnus Carlsen perdurará en la historia del ajedrez como uno de los más grandes. El rey ha muerto, ¡viva el rey!


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